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domingo, 3 de diciembre de 2006

GEOGRAFIA HUMANA






Mirad mi continente contenido brazos, piernas y tronco inmesurado, pequeños son mis pies, chicas mis manos, hondos mis ojos, bastante bien mis senos.Tengo un lago debajo de la frente, a veces se desborda y por las cuencas, donde se bañan las niñas de mis ojos, cuando el llanto me llega hasta las piernas y mis volcanes tiemblan en la danza. Por el norte limito con la duda, por el este limito con el otro, por el oeste Corazón Abierto y por el sur con tierra castellana. Dentro del continente hay contenido, los estados unidos de mi cuerpo, el estado de pena por la noche, el estado de risa por el alma-estado de soltera todo el día. Al mediodía tengo terremotos si el viento de una carta no me llega, el fuego se enfurece y va y me arrasa las cosechas de trigo de mi pecho. El bosque de mis pelos mal peinados se eriza cuando el río de la sangre recorre el continente, y por no haber pecado me perdona. El mar que me rodea es muy variable, se llama Mar Mayor o Mar de Gente a veces me sacude los costados, a veces me acaricia suavemente; depende de las brisas o del tiempo, del ciclo o del ciclón, tal vez depende, el caso es que mi caso es ser la isla llamada a sumergirse o sumergerse en las aguas del océano humano conocido por vulgo vulgarmente. Acabo mi lección de geografía. Mirad mi contenido continente.

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PUÑADOS DE POLVO

Mi foto
Por la persiana entornada entra al comedor en penumbra, un rayo de sol matinal. Y por la misma rendija sale a la calle, oblicua hacia arriba, una banda ancha y dorada de moléculas. Parece una legión de bailarines, pues, mirando atentamente, veo que cada uno de los puntitos rubios gira de una manera vertiginosa sobre sí mismo. Si yo supiera física, ¡cuantas observaciones podría hacer ahora! Pero no sé nada más que imaginar y soñar. Y miro con envidia a esa banda de átomos que se va a correr el mundo, llevándose quizás el secreto de todas mis intimidades. ¡Oh granitos de polvo que vais a ver lo que yo no he de mirar jamás: bosques, mares, ciudades, templos, auroras boreales, maravillas! De soplo en soplo, de ráfaga en ráfaga, recorréis la tierra, sorprenderéis el secreto de mil mujeres, y cuando el viento os vuelva a traer otra vez a este lugar, quizás haya transcurrido un gran montón de siglos. Yo no seré ya más que un puñadito de polvo amarillo. Y entonces me iré a danzar y a correr por el mundo con vosotros.