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jueves, 30 de agosto de 2007

lunes, 23 de julio de 2007

HILANDO SUEÑOS






El hada más hermosa ha sonreído al ver la lumbre de una estrella pálida, que en hilo suave, blanco y silencioso se enrosca al huso de su rubia hermana. Y vuelve a sonreír porque en su rueca el hilo de los campos se enmaraña. Tras la tenue cortina de la alcoba está el jardín envuelto en luz dorada. La cuna, casi en sombra. El niño duerme. Dos hadas laboriosas lo acompañan, hilando de los sueños los sutiles copos en ruecas de marfil y plata.

sábado, 21 de julio de 2007

VIOLETAS

¡Qué cosa tan extraña es la felicidad! Nadie sabe por dónde ni cómo ni cuándo llega, y llega por caminos invisibles, a veces cuando ya no se le aguarda

JAVIER AGRADECIDO



GRATITUD
Gracias aroma azul, fogata encelo. Gracias pelo, caballo, mandarino. Gracias pudor, turquesa, embrujo vela, llamarada, quietud, azar delirio. Gracias a los racimos, a la tarde, a la sed, al fervor, a las arrugas, al silencio, a los senos, a la noche, a la danza, a la lumbre, a la espesura. Muchas gracias al humo, a los microbios, al despertar, al cuerno, a la belleza, a la esponja, a la duda, a la semilla, a la sangre, a los toros, a la siesta. Gracias por la ebriedad, por la vagancia, por el aire, la piel, las alamedas, por el absurdo de hoy y de mañana, desazón, avidez ,calma, alegría, nostalgia desamor, ceniza, llanto. Gracias a lo que nace, a lo que muere, a las uñas, las alas, las hormigas, los reflejos, el viento, la rompiente, el olvido los granos, la locura. Muchas gracias gusano. Gracias huevo. Gracias fango, sonido. Gracias piedra. Muchas gracias por todo.

OS REGALO UN TROZO DE VIDA


LA MARIONETA DE TRAPO

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo, y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero, en definitiva, pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco y soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos perdemos sesenta segundo de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás se duermen, escucharía mientras los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate…
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón… Escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna.
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos…
Dios mío si yo tuviera un trozo de vida… No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita y viviría enamorado del amor.
A los hombres, les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos, a mis viejos, les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres… He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho a mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero finalmente mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo…

HABÍA UNA VEZ UN HADA...



Etapas de la Vida


El niño es como un barro suave donde
puedes grabar lo que quieras... pero esas marcas
se quedan en la piel... Esas cicatrices se marcan
en el corazón... Y no se borran nunca.

El niño no es algo molesto y majadero... Es
material de crecimiento. Es mas bien la verdade-
ra alegría de la vida.

El joven no es un huésped, ni un extraño, ni
un descabellado... Es una nueva promesa, un
nuevo amanecer... Un nuevo hallazgo.

El hombre maduro no es un peso, una encru-
cijada, un timorato... Es un acierto y un conoce-
dor... un golpe de vista con sabiduría y una deci-
sión con buen enfoque y atinada realidad.

El viejo no es un lastre, un inútil, un insigni-
ficante... Es el camino que fue luz, la huella que
marco dirección, el fruto que alcanzo plenitud,
y la cosecha que dejó su abundancia.

Y quizás el "ojo profético" que viendo más
lejos preparó el camino para que tu lo perpetua-
ras

TRANSPARENCIAS










La pata mete la pata La pata


desplumada,
cua, cua, cua,
como es patosa,
cua, cua, cua,
ha metido la pata,
cua, cua, cua,
en una poza.
-¡Grua!, ¡grua!, ¡grua!
En la poza había un Cerdito
vivito y guarreando,
con el barro de la poza,
el cerdito jugando.
El cerdito le dijo:
-Saca la pata,
pata hermosa.
Y la pata patera
le dio una rosa.
Por la granja pasean
comiendo higos.
¡El cerdito y la pata
se han hecho amigos!













UNA ABEJA DIFERENTE
La abeja Fortunata es un poco rara...No hace miel, hace dulce de batata. No vive en la colmena, tiene su propia casa. No quiere ser reina ni tampoco esclava. No anda por los jardines toda despeinada buscando polen de flores; lo compra en la farmacia. Con un pobre zángano ni sueña estar casada...prefiere ser solterona-solita y liberada. En la sociedad de la colmena su conducta hizo revuelo. Hablan pestes sobre ella, la dejaron por el suelo. Ahora...La abeja Fortunata tiene pedido de captura por ser "obrera rebelde, feminista y caradura".

SONETO VERDE


TUS MANOS

Cuando tus manos salen, amor, hacia las mías, ¿qué me traen volando? ¿por qué se detuvieron en mi boca, de pronto, por qué las reconozco como si entonces, antes, las hubiera tocado, como si antes de ser hubieran recorrido mi frente, mi cintura?
Su suavidad venía volando sobre el tiempo, sobre el mar, sobre el humo, sobre la primavera, y cuando tú pusiste tus manos en mi pecho, reconocí estas alas de paloma dorada, reconocí esa greda y ese color de trigo.
Los años de mi vida yo caminé buscándolas, subí las escaleras, crucé los arrecifes, me llevaron los trenes las aguas me trajeron, y en la piel de las uvas me pareció tocarte. La madera de pronto me trajo tu contacto, la almendra me anunciaba tu suavidad secreta, hasta que se cerraron tus manos en mi pecho y allí como dos olas terminaron su viaje.

martes, 19 de junio de 2007

MIS LUNÁTICAS PREFERIDAS







La Luna, que es el capricho mismo, se asomó por la ventana mientras dormías en la cuna, y se dijo: «Esa criatura me agrada.» Y bajó muellemente por su escalera de nubes y pasó sin ruido a través de los cristales. Luego se tendió sobre ti con la ternura flexible de una madre, y depositó en tu faz sus colores. Las pupilas se te quedaron verdes y las mejillas sumamente pálidas. De contemplar a tal visitante, se te agrandaron de manera tan rara los ojos, tan tiernamente te apretó la garganta, que te dejó para siempre ganas de llorar. Entretanto, en la expansión de su alegría, la Luna llenaba todo el cuarto como una atmósfera fosfórica, como un veneno luminoso; y toda aquella luz viva estaba pensando y diciendo: «Eternamente has de sentir el influjo de mi beso. Hermosa serás a mi manera. Querrás lo que quiera yo y lo que me quiera a mí: al agua, a las nubes, al silencio y a la noche; al mar inmenso y verde; al agua informe y multiforme; al lugar en que no estés; al amante que no conozcas; a las flores monstruosas; a los perfumes que hacen delirar; a los gatos que se desmayan sobre los pianos y gimen como mujeres, con voz ronca y suave. «Y serás amada por mis amantes, cortejada por mis cortesanos. Serás reina de los hombres de ojos verdes a quienes apreté la garganta en mis caricias nocturnas; de los que quieren al mar, al mar inmenso, tumultuoso y verde; al agua informe y multiforme, al sitio en que no están, a la mujer que no conocen, a las flores siniestras que parecen incensarios de una religión desconocida, a los perfumes que turban la voluntad y a los animales salvajes y voluptuosos que son emblema de su locura.» Y por esto, niña mimada y querida, estoy ahora tendido a tus pies, buscando en toda tu persona el reflejo de la terrible divinidad, de la fatídica madrina, de la nodriza envenenadora de todos los lunáticos.

PUÑADOS DE POLVO

Mi foto
Por la persiana entornada entra al comedor en penumbra, un rayo de sol matinal. Y por la misma rendija sale a la calle, oblicua hacia arriba, una banda ancha y dorada de moléculas. Parece una legión de bailarines, pues, mirando atentamente, veo que cada uno de los puntitos rubios gira de una manera vertiginosa sobre sí mismo. Si yo supiera física, ¡cuantas observaciones podría hacer ahora! Pero no sé nada más que imaginar y soñar. Y miro con envidia a esa banda de átomos que se va a correr el mundo, llevándose quizás el secreto de todas mis intimidades. ¡Oh granitos de polvo que vais a ver lo que yo no he de mirar jamás: bosques, mares, ciudades, templos, auroras boreales, maravillas! De soplo en soplo, de ráfaga en ráfaga, recorréis la tierra, sorprenderéis el secreto de mil mujeres, y cuando el viento os vuelva a traer otra vez a este lugar, quizás haya transcurrido un gran montón de siglos. Yo no seré ya más que un puñadito de polvo amarillo. Y entonces me iré a danzar y a correr por el mundo con vosotros.